Esta obra está considerada como una de las obras esenciales de Luigi Pirandello y, en particular desde los años 90, un sector importante de la crítica la considera su obra maestra. En ella, encontramos a Pirandello en estado puro. Serafino Gubbio, el protagonista-narrador, articula a lo largo de la novela una reflexión acerca del hombre frente a la vida y a la modernidad.