Cuando te independizas y empiezas a amueblar y equipar tu casa, pasas de ser dueño de una maleta y poco más a tener un mundo de cosas. Y tu casa alcanza la categoría de hogar cuando necesitas una caja para guardar adornos navideños.
Tanto si vives en un minipiso compartido como en una casa de varias plantas, solo o en familia, con o sin ayuda para las labores, si eres minimalista, si te apuntas a todos los hobbies y colecciones: todos necesitamos un sistema de organización que funcione. Pero la realidad es que pasamos más tiempo trabajando para comprar cosas y gestionándolas que buscando nuestra felicidad personal y familiar. ¿Por qué vivimos de espaldas a lo que se supone que anhelamos?
Si estás cansado de no llegar a todo, de que cada día te quede una lista de cosas pendientes que no hace más que crecer; si ya no puedes con la gestión de tu casa y parece que no haces más que recoger, pero nunca es suficiente? Plantéate un cambio que solo puede traer beneficios.
Tu casa puede ser el refugio al que volver cada día y no la pesadilla que nunca termina. Esta nueva forma de vivir está al alcance de tus manos y la liberación se nota por fuera y por dentro. Este es el poder del orden que te invito a descubrir.