El "mordisco" de la envidia, ese espasmo doloroso que a nuestro pesar nos atenaza, a la vista de alguien que tiene lo que nosotros no tenemos y que deseamos: la belleza de la amiga que colecciona conquistas, la casa lujosa del vecino, la mayor popularidad del propio alumno, la riqueza de un pariente, se convierten en ataques dirigidos a nuestro propio ser, de los cuales, percibimos el fallo, la derrota, la caída.