La segunda revolución digital -caracterizada por la preeminencia de Internet, las redes sociales y la telefonía móvil- y la sociedad hipermoderna han consolidado al unísono una era postfotográfica. En ella habitamos la imagen y la imagen nos habita. Con su lucidez e irreverencia habitual, Joan Fontcuberta nos advierte que hemos perdido la soberanía sobre las imágenes y nos alienta a recuperarla.