La huida y el exilio marcaron el siglo XX y siguen siendo dos de las experiencias fundamentales de nuestro tiempo. Marta Marín-Dòmine, a partir de la figura de su padre, niño-soldado en los últimos meses de la guerra civil española, y de su exilio obligado por la derrota, reflexiona sobre el desarraigo y el no ser de ninguna parte; sobre de qué manera nos modelan los pasados violentos.