Su Majestad nos presenta la encantadora y humorística relación entre una persona y su gato, quien, a su manera, se convierte en el verdadero dueño del hogar. La narradora, inquilina en su propio espacio, describe cómo el gato, a quien llama Su Majestad, le alquila una almohada, mientras todo lo demás -desde los muebles hasta las más pequeñas posesiones- le pertenece. A cambio de servicios mínimos como abrir latas de comida o limpiar su arenero, la narradora recibe el calor y la compañía del gato, quien, con su actitud altiva pero afectuosa, a su modo, se convierte en el centro de su vida.